JUSTICIA POR FEDERICO: "NUNCA MÁS UN BUDINI EN LA CALLE", EL GRITO QUE CONMOVIÓ LA MARCHA

Seres queridos y allegados de Federico Toledo marcharon en silencio por las calles de San Miguel de Tucumán, acompañados por vecinos, para exigir justicia. El principal pedido: una condena ejemplar para Santiago Leonel Budini, acusado de ser el autor del crimen que terminó con la vida del joven de 20 años.

29 de septiembre de 2025Ana Sofia YapuraAna Sofia Yapura
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Dolor, silencio y pedido de justicia: Tucumán marchó por Federico Toledo

Con una profunda tristeza y un reclamo claro, familiares, amigos, compañeros y vecinos de Federico Toledo realizaron anoche una emotiva marcha silenciosa por el centro de San Miguel de Tucumán, exigiendo justicia y una condena efectiva para Santiago Leonel Budini, acusado de haberlo asesinado a la salida de un boliche hace una semana.

La manifestación comenzó en avenida Sarmiento al 1200, cerca del lugar donde ocurrió el crimen, y se dirigió hacia la Plaza Independencia. Durante el recorrido, los presentes caminaron en absoluto silencio, portando velas, fotos de Federico y pancartas. Solo el sonido de los pasos rompía el estremecedor silencio.

Una gran bandera encabezaba la marcha con un mensaje claro: “Justicia por Federico Toledo”, y justo debajo, otra frase fuerte exigía: “Condena efectiva para su asesino, Santiago Leonel Budini”.

El dolor fue visible en los rostros de los asistentes, especialmente en los compañeros de colegio de Federico, del San Francisco, muchos de los cuales no pudieron contener el llanto. Incluso transeúntes y personas en bares cercanos se sumaron con muestras de respeto y apoyo.

Ya en la Plaza, Eduardo Toledo, padre del joven, dirigió unas palabras a los presentes. Con emoción y la voz quebrada, pidió que el crimen no quede impune, que Budini no vuelva a quedar en libertad y solicitó una condena ejemplar. “Él mató los sueños de mi hijo, destruyó a su madre, a mí y a sus hermanos”, dijo. También pidió que los jóvenes puedan salir tranquilos y volver a sus casas sin miedo.

La jornada terminó con un aplauso prolongado, cargado de emoción, que se transformó en un grito colectivo de justicia por Federico. 

Fuente: CONTEXTO  

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